lunes, 3 de marzo de 2008

Vota a Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía

Avanzada ya la campaña, es hora de pedir el voto para Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía. Lo hago porque creo firmemente que nuestro partido es necesario para la consolidación de la democracia plural en España.

Lo ha sido desde noviembre del 2006; a partir de la entrada en el Parlamento de Cataluña hemos logrado cambiar algunos discursos en Cataluña y ello ha afectado al fondo y a las formas. Ahora, en el Parlamento catalán hay un grupo que defiende que se puede ser con naturalidad europeo, español y catalán y lo dice allí, no en la intimidad; que la mejora de los problemas relacionados con la salud, la vivienda, la dependencia, las infraestructuras, la seguridad o la justicia deben vincularse, fundamentalmente, a la gestión y que las dos máximas que han sustentado la política catalana: “los nacionalistas lo haríamos mejor” y “la perversidad de Madrid” no son axiomas porque la ineficacia no es patrimonio de territorios sino de personas y proyectos equivocados; que la utilización del castellano en la Cámara es tan legítima como la del catalán, y que en castellano se puede preguntar a Carod-Rovira sobre las razones de su viaje a Escocia y decirle que no confunda Gobierno y Partido; que el Conseller de Cultura debe ampliar las miras y entender, por sentido común, que cultura catalana es algo más que cultura en catalán; que el resto de los partidos tienen que abandonar la política de cuotas partidistas y no contaminar los órganos profesionales e independientes con los anclajes orgánico-partidistas; y que se puede hacer política de oposición sin estar locos, pactar cuando hay que pactar y enseñar los dientes, cuando procede, ante los despropósitos del Gobierno.

Con esos antecedentes, era de prever que éste partido nacido en Cataluña, al que le preocupan los problemas de todos los ciudadanos y que “no le importa el origen” sino las personas, integrado por ciudadanos nacidos en todos los rincones de España, dé el salto y se presente en todas las circunscripciones. Algunos y algunas, a los que tanto les ha costado ponerse una nueva chaqueta de partido, olvidan que desde su inicio y por el bien común, Ciudadanos se opuso a las reformas de los Estatutos e hicimos campaña activa contra ellos; a modo de recordatorio sirvan los lemas “Si vas, vota no” o “El otro no” del referéndumcatalán o el “No a la estatupidez” en Andalucía. Desde el principio, ya dejamos claro que es la ciudadanía y no los derechos históricos los que en democracia legitiman las instituciones.

En esta campaña tan polarizada entre PSOE y PP, nuestra empresa no es fácil, más cuando en el juego de la confusión participan tantos y con tantos medios. Resulta especialmente cínico que quien se ha esforzado, como Zapatero, en ahogar al diferente se presente en estas elecciones como el adalid de la tolerancia y del bienestar y reclame entre gritos e insultos un voto no crispado. Ahora bien, no es Rajoy, quien se postula como "un camino de esperanza hacia el cambio político" el que puede asegurarlo. Sus formas de oposición no son la mejor carta de presentación para garantizar un buen gobierno y su credibilidad es relativa ya que su partido cedió a los nacionalistas cuando les interesó.

Con descaro y atrevimiento

Por ello, desde Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía nos atrevemos a solicitar al elector descaro y atrevimiento. No les quepa duda que nosotros no vamos a mercadear en beneficio del caciquismo nacionalista o particularista de turno. Ciudadanos reserva su acción política para el beneficio de todos los españoles. Atrévanse a descartar acuerdos de “gobernabilidad” con formaciones independentistas o nacionalistas que van un día a Kosovo, el otro a Escocia pasando por Flandes para recibir lecciones de “independencia”. Nuestro partido cree que no son de fiar acuerdos con los que proclaman reiteradamente la desconexión de sus territorios con España o “Madrizzzz”. No, no creemos que sea una buena inversión que decidan aquellos que, cargados de odio, declaran que “España lleva 300 años meándose en Cataluña”, bueno... dicen “pixant”.

El cambio útil, el de verdad, es el del que quiere hacer del ciudadano el eje de la acción política; del que considera que los políticos han de servir al ciudadano, no servirse de él; del que no quiere un Estado anoréxico sino un Estado cohesionado y fuerte que garantice los servicios básicos (una sanidad a tiempo y de calidad, una enseñanza que prime la cultura del esfuerzo y que no confunde autoridad del profesor con autoritarismo); del que considera prioritario el gasto social (la construcción de residencias de ancianos o el acceso a una vivienda digna...) y lo incompatibiliza con la subvención a delirios nacionalistas o a fastos de políticos prepotentes.

En fin, tanto el PP o el PSOE quieren o tienen que gobernar con los partidos nacionalistas, corresponsables de la tensión que ha soportado España en los últimos años. Libérales de la carga y vota a Ciudadanos. Haz inviables las nuevas condiciones: mantenimiento del concierto vasco con independencia de lo que manifieste Europa; régimen bilateral de financiación para algunas Comunidades Autónomas; “soluciones preparadas” sobre la constitucionalidad de las reformas estatutarias. Di no a los nuevos Pactos que evocarán viejas políticas.

Por ello, porque tenemos experiencia en navegar en terrenos difíciles y porque
nuestro programa electoral , del que os ofrezco una versión resumida, es una buena solución a los problemas de España, es necesario que Ciudadanos llegue al Congreso para vigilar y denunciar esa política de mercadeo que es contraria a la igualdad de derechos y de oportunidades de todos los españoles, de la cohesión social y de la prosperidad.

Os pido que cojáis aire fresco y votéis Ciudadanos.

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