domingo, 1 de febrero de 2009

Malos vientos

Mi última entrada en e-noticies ha hablado sobre los malos vientos. No me refería a los que ha sufrido Cataluña en estos últimos tiempos y que han puesto de manifiesto la incompetencia del gobierno autonómico para gestionar emergencias sino a los que soplan en la economía catalana.

Los peores augurios siempre resultan desbordados por la dura realidad. El Gobierno español presentó la Actualización del Programa de Estabilidad por el que modificaba los indicadores de los Presupuestos Generales del Estado para el año 2009 y sus previsiones, al día siguiente, eran desmontadas por la Unión Europea. Por su parte, el Gobierno catalán no ha tenido ni siquiera la necesidad de reformar los indicadores y sigue manteniendo los previstos en el mes de octubre de 2008 que ya no tienen nada que ver con los de hoy. Asomarse a Los gráficos económicos en estos últimos tiempos es sentirse al borde del precipicio, la verticalidad de las curvas nos recuerda la de las laderas de algunas pistas negras de esquí: la caída del PIB, las tasas de paro, el incremento del déficit público ponen de manifiesto un escenario que exige Gobiernos que reaccionen y no caigan en la autocomplacencia. Es imprescindible que se lidere e insufle confianza en la sociedad pero desde la responsabilidad y la solvencia y, lamentablemente, no aprecio ni una ni otra ni en el Gobierno de España ni en el de Cataluña.

En el pleno celebrado el día 21 de enero en el Parlamento de Cataluña se abordó el tema de la situación industrial y de las inversiones extranjeras en Cataluña. Los datos son demoledores. En diciembre de 2008 eran los siguientes:

- Media anual del Indicador de Clima Industrial (ICI) 20 puntos porcentuales menos que la de 2007, constituyendo el nivel más bajo desde 1993;
- Peor media anual de cartera de pedidos y de estocs de productos acabados desde 1993;
- Peor media anual de pedidos extranjeros desde 2002;
- Peor media anual de la tendencia de la producción de la serie disponible;
- Peor nivel de confianza de los fabricantes de bienes de inversión e intermedios desde 1993;
- Peor media anual del ICI de bienes de consumo desde 1996;
- Pérdida de un 3.6% de PIB Industrial

Los datos relativos a la Inversión extranjera incluidos en el informe anual sobre la industria en Cataluña correspondiente al año 2007 (no dispongo de los del 2008) tampoco son halagüeños. La inversión bruta efectiva disminuyó un 2.2%; el porcentaje de inversión extranjera sobre el total de España pasó del 26.5% en 2006 al 3.1% en 2007 y, en concreto, el porcentaje de la inversión extranjera de carácter industrial fue del 29.0% en 2006 al 5,3% en 2007.

Estas cifras que encenderían las alarmas rojas de cualquier Gobierno no hacen mella en el catalán. Es más, PSC, ERC e ICV-EUiA se atrevieron a presentar una propuesta en el Pleno del día 21 de enero en la que tras considerar la actual coyuntura económica se instaba al Gobierno a continuar desarrollando y potenciando esa política industrial (sic). La autosatisfacción no es buena consejera en política porque más tarde o temprano la realidad se impone y, a la vista, de lo que está aconteciendo me temo que el temporal, finalmente, se va a llevar la industria y el empleo en Cataluña mientras nuestro Gobierno seguirá hablando de pequeñas ráfagas de viento.

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